Temas para este artículo:
La premonición.
El poder de lo invisible.
El arrepentimiento.
El Phoenix.
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LA PREMONICIÓN
Como sucede con la mayoría de los psíquicos, sabemos lo que ocurrirá mucho antes de que suceda, meses, años inclusive.
Así que sí, sí lo sabía.
¿De alguna forma que pudiese evitar? No. ¿De alguna forma en como lo pudiese describir? En lo absoluto.
Y un día simplemente sucedió, se sintió como si estuviese en una película, como si todo fuese surreal. Estuve en shock un par de horas, debatía conmigo misma la veracidad de mis propias predicciones y al mismo tiempo me debatía con las dudas que nos embargan a todos aquellos que atravesamos esta enfermedad.
Así que se preguntarán, ¿qué sucedió después?
Lo que podrían suponer, sentimientos de miedo, angustia e incertidumbre; cada anochecer tranquilo era una victoria y cada amanecer era una pregunta constante: ¿qué sucederá hoy?
Inclusive, el lidiar con la duda sobre el desenlace final era un reto, porque sabía que saldríamos de esta, pero con el paso de los años he aprendido que el destino nos juega bromas, inclusive a aquellos que creemos tener un paso adelante en el conocimiento de los hechos, por eso no daba nada por sentado.
EL PODER DE LO INVISIBLE
Hay quienes no creen en el Covid-19, yo solo les digo a esas personas: el aire tampoco se ve y aún así existe.
Las cosas más poderosas de nuestro mundo (o por lo menos desde nuestra percepción) son aquellas invisibles: la confianza, la valentía, el coraje, el miedo, y el amor. Una enfermedad mortal entra en la lista, claro está.
Lo que nos enseña una pandemia, en términos muy generales, es que no importa la cantidad de recursos materiales que tengas, o inclusive si no los tienes, lo único que va a determinar tu resultado es el destino, es el propósito que tengas en este mundo.
He visto personas en muy mal estado, personas que no tenían la probabilidad de salir adelante, y lo hicieron, y yo solo puedo preguntarme: ¿qué misión tendrá esa persona?
Y he visto otros individuos, jóvenes, fuertes, vigorosos, perder la batalla en cuestión de días. ¿Debemos culpar a alguien? No, ni siquiera a alguna fuerza suprema, cada uno de nosotros tiene un propósito y una lección que aprender de todo esto.
Y una de las cosas que aprendí es que no importa si estás siempre en casa y no sales en lo absoluto o si siempre usas siempre alcohol en la calle, si está escrito en tu contrato de vida, entonces te tocará vivir la experiencia pandémica.
EL ARREPENTIMIENTO
Sí, durante los primeros días mi mente atravesó una fase negativa y catastrófica, uno de los sentimientos que experimenté fue el arrepentimiento.
Me arrepentí de haber desperdiciado tanto tiempo en el estado del miedo, la duda, el qué dirán, el qué opinan otros sobre mí, lo que hago o lo que dejo de hacer.
Cuando te enfrentas con la inminente posibilidad de la muerte es cuando te das cuenta de todas las cosas que deseaste hacer y no hiciste, el problema es que creemos que somos seres inmortales, creemos que todos llegaremos con éxito al promedio de vida de 80 años (por lo general) y que inclusive lo rebasaremos. Entonces, ¿para qué preocuparme si tengo bastante tiempo todavía?
La verdad es que no es así, no sabes cuándo morirás, y si lo supieras, me pregunto, ¿haría alguna diferencia? ¿Te beneficiaría el saber el día y hora de tu muerte? ¿Acaso eso haría que vivas la vida al máximo?
Durante un tiempo pensé en estas preguntas y creí que podría ser beneficioso, pero ahora he cambiado de opinión porque, es complejo tomar las decisiones apropiadas inclusive sabiendo el desenlace cuando hacemos una lectura de tarot, entonces, ¿funcionaría con la muerte?
EL PHOENIX
Aprendí que lo que importa es lo que hago cada día, lo que me hace sonreír y sentirme llena cada día; aprendí que lo importante es lo invisible, aquello que subestimamos y damos poca importancia, allí es donde está el valor de la vida.
La abundancia no radica en los objetos materiales, en los números bancarios, o en las riquezas visibles; es todo lo contrario. No significa que el dinero y lo material sea malo, en lo absoluto, pero creo que ello llegará a nuestras vidas cuando apreciemos el valor innato de los aspectos espirituales y los valores morales.
Los vínculos familiares son primero, las amistades, el amor, la honestidad y el ser fieles a nuestras creencias, ser firmes en nuestra convicción de lo que está bien y mal, buscar nuestro propósito y vivirlo.
Por ahora, lo que mueve mi alma es aquello que me haga sentir viva, es aquello que me haga sonreír y estar conectada con la fuerza suprema del Universo.
Es por eso que hice una lista con todas las cosas que quiero hacer antes de morir, y las que dan más miedo son las primeras por tachar como hecho.
Lo único que deseo es que al momento de ver a la muerte venir a por mi yo no tenga nada por lo cual arrepentirme, ese es mi propósito para esta vida.
Tienes razón, subestimamos el poder de las cosas, ¡muy cierto! Estoy de acuerdo contigo.😊